sábado, 29 de noviembre de 2008

La Reina C

- Te dije que hoy no! Hoy no tengo ganas de hablar! Basta! Dejáme sola.

Es imposible estar sola si ella aparece y por lo general irrumpe en el peor momento.
Es algo impertinente, entrometida, inoportuna y hasta molesta. Quiere llamar mi atención.
Nunca se calla, nunca se cansa, duerme con un solo ojo y se mantiene atenta a lo que sucede.
Charlamos, no siempre tengo ánimos para escucharla, ella insiste hasta convencerme y tomamos café largas horas por las noches mientras la nicotina consume nuestros pulmones.
De un momento a otro el diálogo se esfuma y vira transformándose en un monólogo aburrido, donde sin poder mechar una frase, escucho y escucho lo que tiene para decir.
Qué quiere? Es una estrella poco modesta con tintes de soberbia, cree saber sobre infinidad de temas. Es la reina de las ciencias...
No estoy segura de sentir afecto por ella, estoy acostumbrada a su presencia y en ciertas oportunidades la necesito, pero cuando comenzamos a hablar automáticamente me arrepiento. Me marea, me atormenta mentalmente, me desalienta y en muchas ocaciones no deja que actúe con naturalidad. Me condiciona. Me quita espontaneidad.
No es dañina, procede con buena intención. Advertirá lo que en mi provoca? le he dicho que no soy perfecta.
Que transición latosa! Faltan muchas más? Es ineluctable.
Estoy enojada, quizás mañana merme mi mal semblante y pueda considerarla como corresponde. No merece lo expresado, solo pretende ayudar.
Perdón, lo siento. No me agrada juzgar. Mejor me voy. Chau.