¿Crees que no lo entiendo? El
sueño imposible de ser. No de parecer, sino de ser. Consciente en cada momento.
Vigilante. Al mismo tiempo, el abismo entre lo que eres para los otros y para
ti misma, el sentimiento de vértigo y el deseo constante de, al menos, estar
expuesta, de ser analizada, diseccionada, quizás incluso aniquilada. Cada
palabra una mentira, cada gesto una falsedad, cada sonrisa una mueca.
¿Suicidarse? ¡Oh, no! ¡Eso es horrible! Tú no harías eso. Pero puedes quedarte
inmóvil y en silencio. Por lo menos así no mientes. Puedes encerrarte en ti
misma, aislarte. Así no tendrás que desempeñar roles, ni poner caras ni falsos
gestos. Piensas. Pero, ¿ves? La realidad es atravesada, tu escondite no es
hermético. La vida se cuela por todas partes. Estás obligada a reaccionar.
Nadie pregunta si es real o irreal, si tú eres verdadera o falsa. La pregunta
sólo importa en el teatro. Y casi ni siquiera allí. Te entiendo.
Entiendo que estés en silencio, que estés inmóvil, que hayas situado esta falta
de voluntad en un sistema fantástico. Te entiendo y te admiro. Creo que
deberías mantener este papel hasta que se agote, hasta que deje de ser
interesante. Entonces podrás dejarlo. Igual que poco a poco fuiste dejando los
demás papeles.*
*Fragmento de la pelicula "Persona" de Ingmar Bergman
*Fragmento de la pelicula "Persona" de Ingmar Bergman